¿Qué es la depresión?

 



Sin lugar a dudas, esta entidad clínica conocida como “distimia”, constituye una de las expresiones paradigmáticas del sufrimiento humano, que se define literalmente como un “descenso del nivel de los afectos”. La enfermedad depresiva es una fiel “compañera” de la humanidad. Se caracteriza al principio por un cambio más o menos radical del humor, “la tristeza depresiva”, por su duración y su capacidad de infiltrarse en el conjunto de la vida mental, repercute sobre todo el comportamiento. A menudo es incontrolable y poco accesible al razonamiento o al consuelo de quienes lo rodean. Con frecuencia sobrevienen crisis de llanto sin ningún motivo o, a la inversa, se pierde la capacidad de llorar, aunque la persona que la padece sienta la necesidad de hacerlo.
La tristeza puede ser contenida, reprimida y ocultada, pero también puede expresarse en el aspecto del deprimido: la gestualidad es rígida, el tono es monocorde y el gesto lento; en otros casos se adivina la angustia en el rostro, acompañada de una permanente febrilidad.
La tristeza depresiva se expresa en una visión pesimista de sí mismo y del mundo exterior, en un sentimiento de impotencia y de fracaso. Existe una profunda insatisfacción, una vivencia de desvaloración y de autodepreciación. También es característico un sentimiento de vergüenza y de culpabilidad.Para el deprimido que se encuentra ante su fracaso, la depresión es vivida como una debilidad, como una cara que hay que ocultar el mayor tiempo posible, hasta el hundimiento final. En las depresiones graves ciertos deprimidos expresan ideas de indignidad y de incurabilidad que conducen a una lógica de suicidio.
La depresión conlleva a la capitulación de los deseos, o sea, a la pérdida de la capacidad de experimentar placer, ya sea intelectual, estético, alimentario o sexual.


El enfermo ha perdido sus intereses habituales; ningún proyecto lo estimula; no siente deseos de nada, no hace ningún plan. La existencia ha perdido todo su sabor y todo su sentido. Puede variar de intensidad, pasando del simple embotamiento emocional, experimentado penosamente, a una verdadera “anestesia de los sentimientos”. Entonces el deprimido es incapaz de sentir afecto, aún hacia sus seres más queridos, y se siente aún más aislado y abrumado, encerrado en su dolor y en su culpabilidad por esa vergonzosa indiferencia hacia sus prójimos.

En el equipo PSI-CENTER subrayamos tres conceptos relevantes para incrementar la efectividad de la terapia a corto y largo plazo:
• Importancia de crear un clima de “empresa común “ y de colaboración entre terapeuta-paciente; cuanto más trabajen juntos, más profunda será la experiencia de aprendizaje para ambos.
• Importancia de centrarse en las variaciones y fluctuaciones que pueden darse en la depresión del paciente. Nuestro enfoque terapéutico es de “transformar todo inconveniente-obstáculo en una ventaja”.
• Las emociones humanas están basadas en las ideas. El control de los sentimientos más intensos puede lograrse mediante un cambio de ellas. No sufrimos por el choque de nuestras experiencias, sino que inferimos de ellas precisamente lo que se ajusta a nuestros propósitos. Estamos autodeterminados por el significado que damos a nuestras experiencias, y probablemente siempre hay implicada cierta parte de error cuando tomamos determinadas experiencias como base para nuestra futura vida. Los significados no están determinados por las situaciones, sino que nos determinamos a nosotros mismos por el significado que damos a las situaciones.